Luis Alejandro López
Cuando era pequeño, entre 6 y 10 años, siempre me preguntaba por qué mi papá no tenía amigos. A los 12 ó 15 años me preguntaba casi lo mismo. Cómo era posible que mi papá no tuviera amigos si era tan divertido estar de joda con esa gente “incondicional” que jamás te haría una cagada. Qué raro era mi papá en ese entonces; qué tipo tan amargado.
Cuando era pequeño, entre 6 y 10 años, siempre me preguntaba por qué mi papá no tenía amigos. A los 12 ó 15 años me preguntaba casi lo mismo. Cómo era posible que mi papá no tuviera amigos si era tan divertido estar de joda con esa gente “incondicional” que jamás te haría una cagada. Qué raro era mi papá en ese entonces; qué tipo tan amargado.
A los 15 años tuve una de mis primeras novias “serias”. Como dirían en las series gringas: “llegamos a tercera base”. Eso obviamente era una relación “muy seria” para mí. A los pocos meses esa chica estaba de novia con uno de mis mejores amigos. ¡Pufff! Uno de los primeros golpes de la vida, pero no el último.
Allí me di cuenta que eso de las amistades incondicionales no existen. ¡Pero qué ingenuo¡ Pensar que una amistad tan sólo se va a la mierda por cuestiones de “amor” es peor que el ciego que no quiere ver. Ese tan sólo es uno de los motivos básicos. Existen otros muchos más crudos y peores.
Uno de los peores casos, quizás no de amistad, pero de solidaridad con el ser humano como tal, fue el de mi tío. Él, luego de sufrir un derrame cerebral y quedar parapléjico, fue abandonado por toda su familia, nadie se quería hacer cargo y lo querían dejar tirado en la clínica.
En ese momento, mi papá, quien no fue su hermano de sangre, pero sí de crianza, se quiso hacer cargo. Casi instantáneamente la manada de buitres (familiares) amenazó con acusarlo de secuestro. Todos, aún siendo su familia, querían dejarlo morir para ver con qué se quedaban. Aunque esto sea muy triste, pasa más de lo que uno se imagina. La avaricia del ser humano.
A medida que uno va envejeciendo, se va dando cuenta que los amigos se van reduciendo cada vez más. ¿La razón? Con el paso del tiempo la gente se convierte en una verdadera mierda. Qué suerte si a tus 30 puedes decir que tienes más de 5 amigos por los cuales metas las manos en el fuego.
Hay una verdad que para mí es absoluta: “Como los amigos del colegio no los encontrarás en ningún lado”. Salvo contadas excepciones, esto aplica. Y sin embargo, un amigo del colegio de “absoluta confianza” le acaba de hacer una mierda a otro del grupo. La verdad con el paso del tiempo me doy cuenta que la gente no se mide con los códigos de antes. Ya no es como diría Jerry Seindfeld: “¿Te gusta la gaseosa? A mí también, creo que seremos mejores amigos”.
Ahora entiendo a mi viejo cuando me dice que sus mejores amigos somos mis hermanos y yo. Sé que él sabe que es mi mejor amigo porque supo ganarse mi confianza, porque le cuento todo acerca de mí sin esconderle nada. Sé que él sabe que yo soy su mejor amigo porque me cuenta todo acerca de él sin esconderme nada, porque en verdad tenemos un vínculo que va más allá de cualquier cosa y lo amo con todo mi ser y él a mí.
Y ni hablar del chiquito del grupo, Andrés Alejandro, su hijo, mi hermano, la luz de nuestros ojos.
En el mundo adulto predomina la envidia, la hipocresía, y…… mmm creo que esas dos resumen todo.
Bye.