martes, 27 de septiembre de 2011

¡Te regalo mis calzones!


Luis Alejandro López

Esto pasó hace como cinco meses ya, pero igual lo voy a contar a ver si reactivo mi blog y porque me pareció cómico.

La cosa fue así. Salí un viernes de fiesta, tomé como si fuese a pasar de moda y me emborraché hasta más no poder. El día anterior había dejado la ropa lavando, pero esa tarde no la fui a buscar porque estuve ocupado, así que dije: “bueno, la busco mañana”.

Así fue, la mañana siguiente me paré con una resaca que sentía que me iba a morir, pero como no me quedaba ni un interior limpio, salí a buscar la ropa. El viaje era corto, porque el lavadero queda a dos cuadras, así que no hubo drama con eso.
Como es costumbre, a los pocos minutos de estar despierto, tenía más ganas de comer que de vivir, así que pensé en preparar una pasta. El problema: no tenía cebollas, ni ajo. Pero teniendo una verdulería justo al lado de mi edificio, sería el colmo no bajar para comprar eso que me faltaba, así que decidí hacerlo.

Como dije antes, no tenía nada de ropa. Abrí el bolso de la ropa limpia que recién había buscado; agarré lo primero que conseguí, me vestí y bajé. No sé si todos lo habrán experimentado alguna vez, pero cuando uno saca la ropa de la secadora, tiene una especie de electromagnetismo que hace que se pegue. ¿Pero qué carajo me iba a dar cuenta en ese momento con la reseca que tenía?

El hecho es que bajé a la verdulería como si nada y desde que salí del edificio hasta que llegué ahí, noté que todo el mundo me veía con cara rara. Pensé que era por mi apariencia de destrucción, pero no.

Una vez que entré al sitio, pedí mi par de cebollas y mis ajos, cuando de repente se me acercó un muchacho para decirme: “Che, disculpame, se te cayó (casho) algo”. Ahí me dije a mí mismo “¿Qué coño se me habrá caído si no traje nada?” Volteé y veo una mancha azul en el piso (sin lentes no veo un coño).

Total que me hice toda una película paranoica de que el pana me quería robar o quién sabe qué, pero me extrañaba que todos me vieran fijamente. Al acercarme, reconocí el artículo en cuestión. Sí, era mío. Un interior, encima lleno de huecos (sí, esos que son comodísimos).

En ese momento, entendí todo. Gracias al electromagnetismo mencionado anteriormente, tenía un interior pegado en la espalda. Por eso es que todo el mundo me veía con mala cara desde que salí del edificio.

¿Pero qué podía hacer en ese momento? ¿Negar que era mío, cuando todos vieron que llegó conmigo y encima con el cariño que le tenía? (Ya falleció cristianamente). ¡Pues no!, con la frente bien en alto, agarré mi interior, me lo metí en un bolsillo y pagué mis verduras.

Por supuesto, en ese momento deseaba morir, pero una vez más, a las pocas horas terminé cagándome de risa y, ahora después de unos meses, lo comparto con mis escasos seguidores y visitantes esporádicos.


C'est fini

lunes, 4 de julio de 2011

Mar adentro


Ayer vi esta peli como por enésima vez y sigue siendo una de mis favoritas. Sobretodo, por estar basada en una historia real. El poema del final es mortal.


Mar Adentro

Mar adentro,
mar adentro.

Y en la ingravidez del fondo
donde se cumplen los sueños
se juntan dos voluntades
para cumplir un deseo.

Un beso enciende la vida
con un relámpago y un trueno
y en una metamorfosis
mi cuerpo no es ya mi cuerpo,
es como penetrar al centro del universo.

El abrazo más pueril
y el más puro de los besos
hasta vernos reducidos
en un único deseo.

Tu mirada y mi mirada
como un eco repitiendo, sin palabras
‘más adentro’, ‘más adentro’
hasta el más allá del todo
por la sangre y por los huesos.

Pero me despierto siempre
y siempre quiero estar muerto,
para seguir con mi boca
enredada en tus cabellos.

Ramón Sampedro

miércoles, 15 de junio de 2011

Carta premortem


Luis Alejandro López

Por fortuna, hasta el sol de hoy cuento con personas espectaculares en mi vida, a las que amo y por las cuales vivo. Aunque siempre he sido muy poco expresivo, dando incluso la impresión a muchos de que soy una persona seca, hay gente a la que llevo en el corazón y que quiero muchísimo; son pocos, pero suficientes.

Hace unos días estando en casa de un par de amigos que son novios acá en Buenos Aires, en medio de los tragos, me dijeron que aunque ellos sabían o suponían que los apreciaba mucho, según sus palabras, yo soy “muy frío”. Supongo que será una cuestión de personalidad, no sé.

En fin, el motivo de esta carta, es que me he cansado de escuchar cuando a alguien se le muere un ser querido, todas las cosas que les hubiese gustado decir antes de que eso pasara. Creo que de cualquier forma, de alguna manera me he encargado de hacerles saber a esas personas lo que siento por ellas. Pero por las dudas, acá lo dejo por sentado, no vaya a ser que el día de mañana me muera y no lo sepan.

Por razones de tiempo y de no hacer esto tan largo, me limitaré en este caso sólo a la gente que tengo más cercana. Si me pongo a mencionar amig@ por amig@, aunque no sean los 3.000 que tienen muchos en el Facebook, tardaría demasiado.

Papá: eres lo más grande de mi vida, sin ti la verdad no sé qué haría. Sé que he hecho un montón de cagadas y, sin embargo, siempre has estado ahí apoyándome. Espero algún día poder retribuirte todo, te amo y saber que te sientes orgulloso de mí me impulsa a seguir cada día poniéndole ganas a mis cosas.

Andrés: Eres la luz de mis ojos, ya quiero que seas un poquito más grande para salir contigo, eres mi mayor orgullo en la vida, lo más hermoso del mundo. Ojalá algún día estemos juntos de nuevo y vivamos juntos, te extraño demasiado, mi hermanito adorado.

Si alguno llegó hasta acá, tómese 4 minutos de su tiempo y lea la letra de esta tremenda pieza, expresa todo lo que siento por las dos primeras personas que menciono.

martes, 7 de junio de 2011

¿WTF? - Un mix de 5 pendejadas irrelevantes (edición fútbol)


Luis Alejandro López

1. Qué triste la cantidad de gente que fue al Aeropuerto de Maiquetía a recibir a la selección española. Mientras tanto, en el Aeropuerto de Barajas devuelven a los latinos como locos y en España no nos quieren ver a los “sudacas” ni en pintura. ¿Hasta cuándo la chupadera de media y la falta de personalidad?

2. Me disculpan los optimistas, pero seamos sinceros, qué poco nivel de juego y de dirección técnica de parte de la selección venezolana; ni hablar de Renny Vega, sinceramente da lástima. Yo no sabré demasiado de fútbol, pero basta tener dos dedos de frente para entender que si cada vez que el portero toma la pelota lo que hace es tirar un balonazo hasta el otro lado de la cancha, es realmente muy difícil dar algún tipo pelea. Sencillamente, se conforman con tratar de contener los ataques para no ser goleados tan vergonzosamente. Ya vemos que la estrategia no da resultados, sin embargo, cada juego es igual.

3. Según me comentaron las entradas para ir a ver el juego de Venezuela contra España estaban alrededor de los 2.000 Bs.F. La verdad, se van a la mierda, no tiene sentido esa suma de plata. A pesar de ello, el estadio estaba que no cabía un alma. No sé, pero me parece absurdo que Evenpro cobre más que un sueldo mínimo por ir a ver 90 minutos de un partido amistoso. Por supuesto, más absurdo es que la gente los pague, pero como dicen, cada loco con su tema.

4. ¿Qué mierda es esa de “pasteleros”? Es tan ridículo ese término. Lo peor es que varios de mis mejores amigos lo usan, pero muchachos, sinceramente, ¡no lo hagan!

5. Menos mal que no vino Piqué. Seguramente hubiese venido Shakira también y quién sabe qué cosa inimaginable podría haber pasado en Venezuela.

lunes, 6 de junio de 2011

Shit happens!


Luis Alejandro López

Los que me conocen desde hace algún tiempo sabrán que habitualmente me suelen pasar cosas insólitas, algunos le llaman pava o mala suerte; la verdad no sé qué será, pero es algo que toda la vida me ha perseguido. Por citar tan sólo un ejemplo: un 24 de diciembre se me explotaron dos cauchos del carro, y ojo que no fueron los dos en un mismo episodio, fue uno tipo 8:00 p.m. y luego otro en un sitio distinto como a las 4:00 a.m. Obviamente, no tenía dos cauchos de repuesto, así que se imaginarán qué bonita navidad.

Igual eso no me mortifica mucho porque son cosas que al final siempre se resuelven, aparte me terminan dando mucha risa y, encima, me dan nuevas anécdotas para contar. Hace poco me pasó algo así, al principio me preocupé, pero por suerte, una vez más, pude reírme de esta nueva aventura. Ahora sí, empiezo el cuento…

Como algunos saben, hace poco me mudé a un nuevo departamento. Hace un par de días me levanté normalmente como un día cualquiera, fui a la cocina y me di cuenta que estaba hecha un desastre. Como a la papelera ya no le cabía absolutamente más nada, saqué la bolsa para dejarla en un cuartito que está fuera del departamento donde todo el mundo tira allí los desperdicios.

El hecho es que salí tal cual me levanté porque era una cosa de 30 segundos como máximo, es decir, que estaba descalzo, con una franela toda rota, un short desteñido y mugriento, aún no me había lavado la cara y por supuesto, mucho menos me había peinado. El caso es que de lo más inocente fui a tirar mi bolsa de basura cuando escuché un portazo. Lo único que pude decir, o más bien, exclamar, fue: “¡La puta madre!” Sí señores, la puerta de mi departamento se cerró con las llaves adentro.

Decidí no entrar en desesperación, pero rápidamente el pensar en tener que pagar un cerrajero para el cual no tengo plata, me puso los nervios de punta. Aparte, cómo salía en ese estado a la calle y para colmo sin un peso en los bolsillos. Luego de pensarlo un poco y forcejear la puerta como un autómata pensando que se iba a abrir mágicamente, opté por la única salida posible: tocarle el timbre al conserje del edificio.

Por fortuna no me crucé a nadie del edificio en ese trayecto. Finalmente, el conserje subió con una radiografía para intentar abrir la puerta, estuvimos como media hora en eso hasta que me dijo: “Che, tenés que llamar a un cerrajero, no hay espacio para meter la radiografía”. Ya a punto de bajar a su casa para llamar a un cerrajero, hizo un último intento y…. ¡abrió!

Por supuesto, ahora cada vez que abro la puerta me aseguro de tener las llaves, ya ando hasta medio paranoico con eso. Claramente tengo que sacarles una copia y dárselas a alguien de confianza por si me pasa algo similar. Pero bueno, al final, pude reírme una vez más de mis desgracias.

sábado, 4 de junio de 2011

Things have changed


Luis Alejandro López

Después de todas las cosas malas que pasaron, finalmente, todo salió bien. Ahora estoy en un lugar muchísimo más cómodo y, lo mejor, ¡con balcón-terraza y vista al frente! En el departamento anterior, la oscuridad y la vista a la nada me estaban matando, literalmente.

Este nuevo sitio en el que estoy ahora tiene muchísimas ventajas en comparación con el anterior; aparte de las que comenté antes, acá tengo todo mucho más cerca, así que voy caminando a la mayoría de los sitios; en caso de tener que ir más lejos, tengo el subte a 20 metros y un montón de colectivos cerca. Además, todo es MUCHÍSIMO más barato.

Aunque parezca increíble, acá en Buenos Aires la diferencia de precios hasta en las cosas más sencillas es absurda, dependiendo del barrio en el que vivas. Estando aún uno al lado del otro, dependiendo del “status” del barrio, el costo de cualquier cosa en uno, puede llegar a ser el doble que en el otro. Chúpense esa mandarina.

Pero en fin, para aquellos que tengan la duda, sí, al final el viejo de la inmobiliaria no me jodió y lo terminé jodiendo yo a él. Y ojo que no fue de maldito, sino por dárselas de vivo.


Sin más preámbulos, acá unas cuantas fotos del nuevo centro de operaciones.






jueves, 28 de abril de 2011

De príncipe a mendigo


Hace ya tres años que llegué a Buenos Aires. Como le pasa a muchos de los que nos hemos ido del país, al principio pensaba que toda iba a ser muy fácil, pero más temprano que tarde me di cuenta de lo contrario. Sin embargo, no me arrepiento para nada de mi decisión.


Para hacer un breve resumen de mi trayectoria, apenas llegué pasé unos días de roncha viviendo en un hostel, poco después conseguí un departamento mínimo, pero en una zona muy linda. En ese momento, todo parecía sencillo porque contaba con el cupo de viajero de Cadivi (5.000 U$) para ese entonces y, además, el cupo de estudiante (1.300 U$)

Así, los primeros meses me di una vida de ricos y famosos, a los pocos días compré todo lo que necesitaba pasando la tarjetita de crédito. Ese primer año fue de lo mejor, no reparaba en gastos y tenía todo lo que quería.

Ya el segundo año fue cuando todo empezó a ponerse difícil, de una vida de ricos y famosos, pasé a vivir buscando la manera de rendir la plata para llegar a fin de mes. El cupo de viajero, como todos sabrán, se redujo y ya no se aprobaba automáticamente, así que no contaba ya con ese dinero.

Para vivir acá pagando facultad, alquiler y otros gastos, 1.300 U$ es realmente poco. Pero bueno, uno siempre busca la manera de resolver. En definitiva, los dos últimos años, por lo menos en el aspecto monetario, han sido sumamente difíciles.

En mi post anterior contaba sobre mi búsqueda de departamento. Bueno, total que estuve varios días en vilo porque no me querían renovar en el sitio donde me estaba quedando y con muebles y un montón de cosas encima, mudarse en sólo 15 días era prácticamente imposible. Más aún considerando lo difícil de alquilar acá.

Empecé a buscar en todas partes y a todos los que llamaba me decían que ya estaba alquilado o me pedían que si seis meses de depósito, cosas absurdas. Vi un anuncio de un depto buenísimo y llamé. Apenas me atendieron la cosa me dio mala espina, el tipo al otro lado del teléfono tenía un tono de estafador increíble, pero en medio de la desesperación seguí adelante.

Total que me dijo que ese depto ya estaba alquilado, pero que tenía otro igual, que fuese a verlo, así que cuadré para ir al día siguiente. Así fue, llegué al lugar y el edificio quedaba en un callejón lleno de grafitis por todas las paredes. Apenas lo vi sabía que nada bueno podía pasar, pero ya estando allí no tenía nada que perder, así que me acerqué hasta el sitio.

Al llegar a la puerta veo un tablero con número que iban del 1 al 90, no que si 1A, 1B, no; los número iban corrido del 1 al 90. Toqué el 7 como me dijo el tipo y no me contestó por el intercomunicador, sino que gritó desde una ventana: “Ahí bajoooo”.

A los 5 minutos apareció en el hall un tipo con más apariencia de alcohólico y periquero que cualquier otra cosa. Un viejo de unos 50 años de edad, pero de esos que juran que tienen 25, con cara de recién levantado y resaca, los ojos rojos y vistiendo unos shorts tipo surfista y una camiseta toda rota. Además, con la barbita clásica de los tres días.

Obviamente, me quería ir enseguida, pero me dio curiosidad ver qué mierda estaba alquilando, así que entré. El ascensor no funcionada, por lo que subimos por unas escaleras oscuras y con paredes llenas de grafitis también. Al llegar al piso donde estaba el depto vi un pasillo extremadamente largo, con puertas de madera a los dos lados y números consecutivos. Casi todas las puertas estaban rotas y rayadas.

Total que llegamos al departamento y realmente era una burla. En ese instante, me sentí como Akeen (Eddie Murphy), en la película “Coming to America”, donde representa al príncipe de un país africano llamado Zamunda. Sinceramente, la escena fue muy parecida a la de la película, lo que dentro de mi frustración me dio un poco de risa.

Por supuesto, esos días estaba entre la arrechera, el nerviosismo y la depresión. Pero luego de buscar y buscar, finalmente conseguí un lugar nuevo al que me mudé ayer y en el que me siento muy bien, pero ese cuento lo echaré en otro post.

sábado, 26 de marzo de 2011

¡Oh my God!


Luis Alejandro López

Hay veces que uno quiere hablar acerca de algo y tiene tantas ideas que no encuentra la manera de ordenarlas. Eso me pasa a mí con respecto al tema religioso. Son tantas las cosas que pienso al respecto, que no veo la forma de empezar.


Por eso, creo que lo primero que se me ocurre decir en este momento es que, quizás casualmente, o no sé por qué razón, las personas más inteligentes que he conocido en mi vida y, seguramente las más nobles, son ateas. Si bien respeto la creencia de cada quien, el tema de las religiones siempre me ha parecido un arma de poder para someter a los ignorantes.

Por otra parte, es paradójico que las personas que he conocido devotas a la religión, por lo general, han sido las peores. ¿Será que esa gente tiene un sentimiento de culpa tan grande que buscan refugiarse en eso?

Por mi parte, y sonará mal para muchos, puedo hablar de mi mamá. Ella vive predicando la palabra, “ayudando” a los demás, regalando mi ropa sin mi autorización, diciéndome que Dios me va a castigar, va a misa y toda la cosa, pero por lo menos conmigo, su hijo, ha sido de todo menos madre.

Y no sólo por esa imbecilidad que comenté arriba, sino por muchas más que no vienen al caso, ni pienso ventilar acá (lo de arriba fue más que suficiente para hacer un panorama) Entre otras cosas, me pregunto por qué cada quien defiende su religión como una verdad absoluta.

Qué loco estaban los indígenas al pensar que el sol era un dios, o la lluvia, o no sé qué. ¿Y no es loco también que exista algo abstracto que ni siquiera es tangible, no tiene cara ni nada palpable, que sea el supuesto Dios?

Si te pasa algo bueno, “Gracias a Dios”, si te pasa una mierda – como suele pasar – es una prueba, váyanse al carajo. Tanta mierda en el mundo demuestra que acá lo que existe es la ley del más fuerte.

Este post se vuelve cada vez más incongruente e incoherente, en parte por el alcohol, en parte porque da mucho de qué hablar y debatir. Mi conclusión: cada quien hace su camino, no es cuestión de Dios o cualquiera otra cosa que crean, es cuestión de esfuerzo y trabajo.

Se los dejo para una próxima entrega porque creo que se me fue el mambo. Zas!

jueves, 17 de marzo de 2011

Ojos de perro azul – Las desgracias de un exiliado



Luis Alejandro López

Lo malo
Esta entrada será larga, lenta y ladilla. En fin, la cuestión  es la siguiente: sólo quienes viven afuera sabrán que lejos de aquel “sueño americano” o “sudamericano”,  la situación del extranjero,  no es nada fácil.  En el caso de nosotros los venezolanos, podríamos decir  que somos sencillamente unos “exiliados”. Pero la situación para nosotros, a veces, es peor que para el resto. (Léase Cadivi, los entendidos sabrán)
Para no crear mucho preámbulo, mi caso es que llegué de regreso a Buenos Aires,  y, sin previa notificación, a pesar de tener todos mis pagos al día, me dijeron que debo desalojar mi departamento a fin de mes. Quien viva acá sabrá perfectamente que para un extranjero es sumamente difícil alquilar, sobre todo, por lo que te piden: garantía de propietario, recibo de sueldo, referencias, 3 meses de depósito, etc.
Aclarando el punto anterior, no es sencillo conseguir dónde vivir y, mudarse, casi igual. Aparte de tener todos mis muebles acá, siendo extranjero simplemente se te cagan encima.  Como uno obviamente no tiene los requisitos, si consigues algo te quieren joder cobrándote algo absurdo, como si uno cagara la plata.
Sumado a esto, si uno logra conseguir, te piden que pagues seis meses de depósito, más la comisión, gastos y otras menudeces, por no decir imbecilidades. En resumidas cuentas, tengo 15 días para ver qué mierda hago con mi vida y mis cosas o me quedo en la calle.

Lo feo

La situación  obviamente quedó bastante clara. Fui a la inmobiliaria y después de semejante noticia, no sé a ciencia cierta si me dio un ataque de pánico o qué. Al salir de ahí se me bajó la tensión y no podía respirar;  tuve que quedarme unos minutos sentado en la entrada de un edificio pasando el malestar.
 Lo cierto es que hablando con el tipo de la inmobiliaria, con una hipocresía absurda y cínica, me dijo algo que fue medio tragicómico. Me ofreció alquilarme un local en un centro comercial en el culo del mundo, literalmente. Eso sí, no tendría cocina y el baño que utilizaría sería el del centro comercial. En medio de mi rabia, me imaginé como Tom Hanks en la película “La Terminal”, bañándome con el lavamanos y comiendo en el Burger King, por supuesto, pagando con monedas (que en mi caso no sería de los carritos del equipaje,  sino de los transeúntes compasivos que me regalaran unas cuantas, aunque acá está jodido porque no hay monedas).


Lo peor

En definitiva, fue un completo día de mierda. No sé qué coño haré, ni dónde iré a parar, pero supongo que de alguna manera resolveré.
PD: La verdad siempre admiraré a mi papá por la dedicación que le presta a sus hijos, porque prefiere quedarse sin comer con tal de saber que nosotros estemos bien. Sé que probablemente él jamás leerá esto porque no es fanático de la tecnología, pero espero algún día devolverle esa entrega con hechos y no con palabras en un blog.

Les dejo un bonus track de una buena pieza que algo tiene que ver con el tema y cuyo título robé para este post.

martes, 15 de febrero de 2011

¿WTF? - Un mix de 5 pendejadas irrelevantes




Luis Alejandro López

Hay cosas por las que no vale la pena crear todo un post para ellas solas (o me da flojera hacerlo), así que las compilaré en esta nueva sección de mi blog.

1.   ¿Por qué siempre que uno va al supermercado, luego de hacer una mega cola para pagar, te toca una vieja antes de ti que se le ocurre empezar a contar a última hora los cesta tickets, billetes de 2 Bs.F y monedas que acumula en su monedero? En caso de no ocurrir esto, es muy probable que cuando te toque pagar, la pintoresca cajera exclame: “¡Ay ya va mi amol es que se me cayó el sistema!”. Y si tienes tan mala suerte como yo, es probable que te pasen las dos cosas.

2.   ¿Qué le ocurre a los “haters” que todos los 14 de febrero se dedican a destilar odio hacia aquellos que quieren celebrar su día? No niego que sea una fecha pavosa, comercial y todo lo demás, pero quien no lo haya “celebrado”, por lo menos una vez en su vida, es porque jamás ha tenido pareja un San Valentín.

3.   La puta madre, cambiando la batería de mi carro me cayó ácido en un jean prácticamente nuevo. Ahora el pantalón literalmente se está deshaciendo, tiene unos huecos que día a día se hacen más grandes. ¡Y con lo cara que está la ropa! ¡Fuck! :S (Sí, es medio gay este comentario)

4.    Poco a poco le voy tomando cariño al Twitter, al principio me costó mucho, pero he notado que se maneja otro nivel en la información. Me he dado cuenta también que para ser “popular” en esta red social, es casi una regla tácita que tienes que seguir a máximo la cuarta parte de las personas que te siguen a ti (o por lo menos eso es lo que hacen los “famosos”)

5.   Que los diputados de oposición hayan decidido no asistir a la sesión especial de la AN, así de buenas a primeras, es una soberana imbecilidad y una falta de respeto con los votantes. ¿Acaso esta gente no aprendió de la genial iniciativa de Julio Borges que no hacer presencia en la AN es una estupidez? Por eso es que al mico ahora es que le queda.


jueves, 10 de febrero de 2011

The Social Network - Casos de la vida real


Luis Alejandro López

Si bien el furor de Facebook desapareció hace tiempo gracias a la llegada de nuevas redes sociales, como el caso de Twitter, estoy bastante seguro de que esta red aún posee muchos adeptos, así como “detractores”.  En esta ocasión, escribo estas líneas luego de notar de manera recurrente la presencia de ciertos personajes, o mejor dicho, ciertas actitudes, cuando menos absurdas y, en muchos casos, idiotas.

Una vez más, no encuentro otra manera más fácil para hacer mención de este tema, que enumerando a estos personajes o sus actitudes. Así que a darle “play”.


Caso 1: Los que odian Facebook con todo su corazón (pero son incapaces de cerrarlo): Frecuentemente veo comentarios de personas que escriben en su estado de FB que ya están hartos de esta red social, amenazan con cerrar su cuenta  - como si el mundo se fuese a acabar por eso o FB fuese a quebrar -  y se quejan de los distintos inconvenientes que esta herramienta ha traído en sus  vidas. Sin embargo, pasan los días y allí siguen, actualizan su estado casi compulsivamente y se mantienen 24/7 pegados al chat.

Tomo un caso real, de una persona que vale aclarar me cae muy bien, pero que ejemplifica esto a la perfección:


Lo más particular del asunto son los comentarios de apoyo. Insuperable el de la chica que dice que una vez lo hizo y “fue lo mas!!!!”, me pregunto si es que acaso FB la llamó y le ofreció plata para volver.

NOTA: Jorge jamás cerró su Facebook.


Caso 2: Quienes crean suspenso y después se quejan: Si bien está mal generalizar, normalmente este caso podemos verlo más frecuentemente en las féminas. Son personas que constantemente colocan en su estado cosas como “Ojalá te pudras, tranquilo que en esta vida todo se paga”, “Una mierda menos en mi vida”, “Hay que ver que hay gente hija de puta” o cosas por el estilo.

Por supuesto, esta actitud crea sosiego, desconcierto y, obviamente, curiosidad entre sus contactos. Por ello, no es raro ver que algún valiente se atreva a preguntar qué sucede. Sin embargo, la respuesta suele ser siempre parecida.

Si quien pregunta es alguien de poca confianza la persona suelta casi indignada: “¡Ay!, de verdad que la gente sí es chismosa”. En caso contrario de que sea alguien cercano, la respuesta es un poco más amigable, pero poco satisfactoria igual, algo así como: “Nada ami, gente por la que no vale la pena perder el tiempo”.


Caso 3: Los que cambian de estado civil todos los días: Mantienen en vilo a sus contactos y allegados acerca de su situación sentimental, la cosa parece casi como una novela de Delia Fiallo. Una y otra vez, van rotando por todos los estados civiles posibles en el FB.

Pero bueno, si al caso vamos, podríamos decir que esto es problema de cada quien. En realidad, cualquier cosa es problema de cada quien. Aunque sinceramente, se ve extremadamente feo y ridículo, cuando uno prácticamente “vive” todo el declive de la relación vía FB, en ciertos casos hasta lee insultos de ambas partes diciéndose lo mierda, mala persona que son y hasta del mal que se va a morir cada uno, para luego ver a los pocos días: “Fulanito y Fulanita están comprometidos”. Háganme el favor señores, sean serios.


Caso 4: A quienes no les importa nada más que ellos mismos: No es de extrañar  ver estados casi iracundos que expresan cosas como: “A mí qué me importa si estás en una cola o si hoy te levantaste de mal humor”. Una y otra vez viven quejándose de lo poco que les importa saber de la vida de los demás.

A pesar de ello, con el mayor de los cinismos colocan en su estado propio, frases como: “10 Km en 55¨… Keep running”. Acá es cuando uno se pregunta: “Amigo/a, si a ti te importa un carajo lo que hacen los demás con su vida, ¡¿realmente crees que a alguien le pueda interesar si corriste 10 o 1000 Km?! ¡HDP!


Mi conclusión es que a quien no le guste el Facebook sencillamente ciérrelo. A nadie lo obligan a tener cuenta allí, así que deje la quejadera y póngase a hacer otras cosas que sí le gusten entonces.

Aunque podría mencionar algunos casos más, dudo mucho que mis ahora pocos seguidores quieran leer algo tan largo, así que se los dejo hasta acá y si les gusta preparo una segunda entrega del tema con nuevos casos.